jueves, 11 de junio de 2015

La Sagrada Familia


Cuando vuelven al barrio, puntualmente y sin aviso, las sombras de la tarde y el hombre de la bicicleta enciende la farola de la calle con el palo del oficio, Fani contribuye al ritual asomada a la ventana y llamando a voz en grito:

-  ¡Isabelita, sube a hacer los deberes, que ya vino papá!

 Y ¿cómo saber si aquello tiene algo que ver con la niña y sus deberes o es el anuncio a las vecinas de que todo está en orden entre ella y su Manolo?

Que la gente es mala y tiene la lengua envenenada.

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