viernes, 17 de octubre de 2014

Los juegos del jardín

.


Cuando aquí, en el viejo jardín de las manzanas (como dicen que pasaba también allá en Macondo) el mundo era tan nuevo que las cosas aún no tenían nombre, él, el hombre (aunque entonces tampoco lo sabía) le pidió compañera al supremo arquitecto de las cosas.

Se la dio el hacedor y, por una temporada, se dedicó la pareja fieramente a aquel juego arrebatado y sofocante que practicaban el resto de los bichos del jardín.

Con el tiempo, sin embargo, se fue apoderando del macho primitivo la pereza y la desgana.

Perdió la ilusión.  Pero no por la rutina, sino porque no tenía otros machos a los que contarles la experiencia.

Y así nació, según creo, la primera necesidad verdaderamente humana, que es, sin duda alguna, la cosa del fabular y novelar.

.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial!!!!