martes, 11 de junio de 2013

Educando a Tarzán (25)


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Las lecciones de la siesta

Al comienzo de la estación seca, crecía el alboroto en las praderas abrasadas por el Sol del mediodía.  

Sin embargo, en el bosque, se imponía la galbana amodorrada de la siesta.

Pero Chita, educada en la férrea disciplina de otros tiempos, seguía fiel a su labor de educar a Tarzán en los valores y principios que habían hecho fuerte a la manada a pesar de los cambios de costumbres y de jefes.

-Mira, Tarzán, hijo: deja de obsesionarte con los males del mañana y los peligros que puedan acecharnos.  Vendarse la cabeza antes de escalabrarse, produce en mismo desgaste y la misma sensación de desamparo qye romperse la crisma de verdad y a diario.  Ya lo sabes.

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1 comentario:

fernanfotos dijo...

Buena lección de siesta, me despierto más preparado