Si tu marido un buen día
empieza a cambiar de vida
y recorre las cantinas
con mujeres de la vida,
no hay mejor alternativa
que meterte en la cocina
y cocinar cosas ricas
en vez del menú del día
Mi marido empezó a cambiar para mal y frecuentar cantinas y mujeres de la vida alegre. Yo, temiendo perderlo, le rezaba a la Virgen para que no anduviera en malos pasos y, por fin, se me ocurrió decirle que si seguía de coscolino ya no le haría de comer y como es muy tragón y yo cocino muy rico me hizo caso y dejó las malas mañas. Doy gracias a Nuestra Señora de San Juan.
1 comentario:
Lo importante es tener la sarten por el mango
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