sábado, 12 de noviembre de 2011

Educando a Tarzán (16)

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Dedicado a Juan Luis gx,
 a quien le prometí desvelar la opinión de Chita sobre la Evolución

Involución.


Chita se enteró, por pura casualidad, de que, en la aldea de los hombres, enfrascada como era su costumbre en una larga y penosa guerra fratricida, un general (del bando que luego resultó ser el vencedor) había dicho aquella cosa atroz, que abochornaba solamente al escucharla:
"Nuestros heroicos legionarios les han enseñado a las mujeres de los rojos lo que es realmente un hombre y no un castrado miliciano".
Y, con el mismo horror, se enteró de que semejante bestia sanguinaria no había sido, por lo menos, degradado, sino que figuraba en la nómina de los Padres de la Patria y le habían sido dedicadas plazas, calles y avenidas.

Se le erizó a Chita, de puro furor, el pelo de la espalda y comentó al pupilo, realmente impresionada:

- Mira, Tarzán, hijo. Si por algún designio oscuro, que no alcanzo a comprender, el Gran Mono Celestial hubiera castigado a una parte de nosotros convirtiéndoles en hombres, no debería hablarse jamás de evolución, sino de fatal degeneración.   Sólo así podría explicarse la existencia de esos monos asesinos, salvajes y enloquecidos.

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