Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
sábado, 3 de septiembre de 2011
Educando a Tarzán (7)
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NORMAS
Desde que había llegado el hombre blanco a la selva todo se había llenado de normas: prohibido pasar, prohibido bañarse, prohibido pescar, prohibido cazar, prohibido dar de comer a los animales, prohibido fumar y hacer hogueras. Casi todo, si ibas a ver, estaba prohibido.
Chita añoraba los tiempos aquellos de absoluta libertad y se daba cuenta de que, con tanta norma, cada vez se hacía más estrecha la franja de la normalidad.
-No sé, Tarzán, si estamos ganando algo con el cambio. Pero ahora me doy cuenta: cuando no había normas, al menos, no había anormales.
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6 comentarios:
Ya sabes que yo no dejo comentarios, pero cada tanto paseo por aquí y controlo cómo va todo...
Un abrazo.
Ya lo sé, amigo anónimo, ya lo se y te lo agradezco.
Un abrazo
Refrescante volver a leer tus microrelatos de la serie en que brilla la sapiencia popular y profunda de Chita. Un abrazo desde Tabio mi querido y admirado Tocayo.
Gracias, amigo Kapi. Son microrrelatos porque no me da la cabeza para escribir grandes y estupendas novelas como las tuyas.
Un gran abrazo, como siempre
Fijaos el poder de Chita! Capaz de iluminar al mismísimo Tarzán! Ahora que lo pienso,en mi comunidad viven unas cuantas Chitas con sus correspondientes tarzanes.
Es que Chita es mucha Chita. Con decirte que daba más de 20 horas de clase a Tarzán a la semana...
(Muchas más que las horas de pleno que dedica la Presidenta de Madrid a la semana y que, siguiendo su argumentación, son las únicas que trabaja)
Saludos
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