jueves, 1 de septiembre de 2011

Aleluyas de Zapopan


Si tu marido se empeña
 en disfrazarse (pobrecito)
 a la hora de cumplir,
 no le quites el capricho
 que no hay muchos supermanes
 en la oferta de maridos;
 pero si va a más la cosa
 y le ves enloquecido
 trepando por los tejados
 (mira bien lo que te digo): 
no aproveches la ocasión
 de darle un empujoncito.


Después de tener unas fiebres muy altas, mi esposo enloqueció y se creía superhéroe de tira cómica y quería volar para salvar el mundo.  Yo, con gran temor de que se terminara matando, le recé a San Pedro Mártir, patrono de los locos, y , gracias a él, mi esposo recuperó la razón y ya no tengo que perseguirlo por las azoteas para impedirle volar, aunque, por las noches, cuando se pone cariñoso, le gusta vestirse aún como superhéroe..



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