En la cosa de las fondas
la competencia es muy dura
porque aunque cocines bien
la clientela no duda
en cambiar de comedor
si mola más que la tuya.
Pero si interviene el santo
para repararte el daño
no olvides, Paca querida,
que tú ves como milagro
lo que el vecino, arruinado,
considera un descalabro.
La fonda de doña Paca tenía mucha clientela hasta que apareció un nuevo comedor ahí junto y ya nadie iba a comer con ella, porque en el nuevo local tenían rocola y el refresco era gratis con la comida corrida, Ella, desesperada, se encomendó a san Francisco y sucedió ante sus ojos un maravilloso portento: vio como del bote de la basura salió una larguísima hilera de cucarachas gordas y se enfilaban todas derechito a la fonda nueva. Ahora la gente prefiere otra vez la comida de doña de doña Paca. Ella da gracias al santo patrono.
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1 comentario:
A eso se le llama desnudar a un santo para vestir a otro.
Lo raro es que otro santo se dedique a esas cosas.
La crisis ha llegado hasta el cielo.
Un saludo.
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