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Versión narrada
Versión escrita
Don Silverio Berzosa, obispo de Mondoñedo, murió como un santo, una fría mañana de marzo.
Como perfecto gallego, había repartido su vida y su corazón entre una fe a toda prueba y unas dudas que le hacían preguntarse constantemente sobre cualquiera de aquellas afirmaciones por las que habría dado la vida sin pensarlo.
Por eso, al llegar ese día a la Gloria Celestial, se negó a entrar hasta que San Pablo le contestase a una cuestión fundamental:
-Oígame, señor San Pablo. Y digo yo: ¿Los Corintios? ¿Contestárosle o qué?.
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4 comentarios:
Curioso, ¿Donde se encuentra esa piedra?
Es más que posible que fueran los primeros "correos no deseados" de la historia de la cristiandad...
Tienes razón, Juan Luis. No se me había ocurrido plantearlo así. Me alegro mucho de verte por aquí
Un saludo
Amigo internauta: Se trata del escudo de la diocesis de Mondoñedo-Ferrol.Lo he pillado, como siempre, a través del Google
Saludos
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