jueves, 26 de febrero de 2009

Educando a Tarzán (18)

.





.
Cuando, al cerrar, Tarzán y Chita bajaban hasta el chiringuito y tienda de regalos "The sleeping Lion" que habían abierto los blancos en mitad del parque para que los visitantes tomarán un descanso en medio del safari fotográfico, aprovechaba Chita para ponerse al día leyendo los periódicos que quedaban por los bancos.

El día que se encontró con aquella efemerides pasada que decía que

El Diario de León, 1907. (Tomado de http://elleoncurioso.blogspot.com)

le dijo, sentenciosa, a su pupilo:

-Mira, Tarzán,hijo esto me trae al pensamiento dos consideraciones:
1. Que esto es lo que debe querer decirse con aquello de que "Dios castiga sin palo ni piedra"
2. Que hasta Dios, al castigar, respeta el escalafón: que bien podía haber descalabrado al párroco, que, con más responsabilidades, tendría, seguramente, más ocasiones de pecar

Tarzán asintió con la cabeza, sin apenas escuchar, enfrascado como estaba, también él, hojeando un número atrasado del VOGUE con la moda primavera-verano de bañadores de Chanel.

.

6 comentarios:

flores rojas dijo...

Probablemente, en el cielo, también debe haber jerarquía. Divertida historia.

Francisco Flecha dijo...

Claro, claro que la hay: Sin ir más lejos, siete categorías distintas de ángeles (no sé si tienen promoción interna o se accede a ello por oposición)
Saludos

Daalla dijo...

En el perdón también hay jerarquías: es siempre más perdonable un obispo, y mucho más un cardenal, que un simple cura de parroquia. Claro, el nivel de responsabilidad es mayor.
Siempre había sospechado que en esa pareja la cabeza pensante era la de Chita. Con esto lo puedo confirmar.
saludos.

Francisco Flecha dijo...

Amigo Daalla: está demostrada la superioridad de Chita. Yo, al menos, así lo he comprendido en los diecisiete relatos anteriores.
Saludos

Cecilia de la Vega dijo...

Las ironías de la vida son lo que más me divierte de la vida.
Excelentes consideraciones las de Chita, como siempre.

Cariños.

Francisco Flecha dijo...

Gracias, Quillén, en nombre de Chita
Saludos