domingo, 30 de noviembre de 2008

Otros tiempos

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Las sirenas del viejo Mare Nostrum ya no encantan marineros, pobrecitos.

Que se han cansado de malgastar su talento y sus encantos engatusando pelagatos y han decidido prosperar y hacerse ricas y famosas como las chicas que vienen en verano con los yates de la costa.

Por eso sólo cantan, debidamente acompañadas por la lira y por la flauta, cuando ven acercarse al gran barco de cruceros, el "Seven Seas", con la esperanza de que algún guapo mozo (con posibles, eso sí) las invite a subir a la cubierta de primera, las riegue con champán y con promesas y las permita olvidarse para siempre de estas tristes humedades y de la dieta cotidiana de algas y calamares.

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4 comentarios:

Bert Consigliori dijo...

Sobretodo de calamares, don Francisco.

Saludos

Francisco Flecha dijo...

Es que los calamares como no sean en lo que se llama "bocata de calamares y una caña", no hay quien los aguante.
Un saludo, Alberto

Anónimo dijo...

¿Qué dice Ud.? Cómo no puede oír las sirenas que ahí estan, seduciendo a Ulises? Eso os pasa por haber abandonado a nuestro padre Homero.Hay que frecuentarlo mas a menudo,hombre,que ahí estan todos nuestros héroes, como hace 3200 años. Que son estas muchachas del siglo XXI, comparadas con una Penélope,una Calypso, una Elena? Pues ná .Cordiales saludos.Beatriz Basenji.

Francisco Flecha dijo...

Siento tener que decirte, Beatriz, que Ulises hace tres años que es Eurodiputado y no viene por aquí y ese tal Homero es guionista en Telecinco. El mismo Mambrú, se fue a la guerra y no sé cuándo vendrá
Saludos