domingo, 16 de diciembre de 2007

Estudio de perspectiva

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El raro prodigio y el hallazgo portentoso de la perspectiva, lograda por la sabia distribución de masas y volúmenes, de líneas de fuga, de violentos escorzos, fue el tributo necesario, según cuentan, que tuvo que pagar la sufrida Tommasa di Benedetto Malefici cuando, deseosa de sexo y de ternuras, llamaba desde arriba a su marido Paolo Ucello que se entretenía, noche tras noche, en el estudio hasta el alba.

-¡Paolo, caro, vieni a letto, per carità!

E, impasible, el maestro, noche tras noche, contestaba:

-¡Che bella cosa, sai, la prospettiva!

Y eso era todo. Y así, noche tras noche, día tras día.

Pasaron algunos años y como, al final, nada hay más público que los asuntos privados de la cama, toda Florencia celebraba a carcajadas cuando alguien, al contar que una tarde el pintor había pillado a la Tommasa fornicando fieramente, sin piedad y a todo pasto con un carnicero de Calabria, apostillaba que al Ucello, aquel descubrimiento le había enseñado, de repente, mucho más sobre los puntos de fuga que los veinte años de estudios hasta el alba.

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