martes, 27 de noviembre de 2007

En la boca del lobo




Ya lo sé. Las cosas son como son y no voy a decir ahora lo contrario: el malo de la historia fue y seguirá siendo siempre el lobo feroz. Suya es toda la culpa y él es el único responsable de todas sus acciones.

Ahora bien, dicho esto, Caperucita fue, al menos, una imprudente: imprudente por meterse en el bosque que, como todo el mundo sabe, es el lugar natural de peligros y perdición; imprudente, por andar dando confianzas a desconocidos (ya ves que ahora se aconseja dejar el menor número posible de pistas personales en los chats, que hay mucho lobo por ahí suelto); imprudente por echar carreritas con el lobo. Ya te digo: una imprudente.

Pero, vamos, el colmo fue meterse con él en la cama: Ya me diréis si eso no fue lo que se dice "meterse en la boca del lobo".


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