viernes, 7 de septiembre de 2007

Libros y lectores

Con permiso de Favelis

En aquel tiempo (como siempre dice Amintas ), pasando la fontera (aquello si que era una frontera) con unos apuntes sobre Marx en la maleta y la pinta de ser lo que ellos sospechaban que uno era, o algo menos, el agente aduanero preguntó sobresaltado:
-Este Marx ¿es el ruso?
-No, éste era alemán.
-Ah, bueno, por si acaso.
Aquella pequeñez nos libró a los dos (a Marx y a mí) de algún problema, sin dudarlo.

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