Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
jueves, 19 de noviembre de 2015
Llanto por todos nosotros
Cada día mil muertos
se mueren en silencio.
Cada día.
Muertos silenciosos, tragados por el mar,
por la injusticia,
por mandato de un tirano,
por las cien guerras
que
a diario
defienden la hacienda de unos pocos.
Muertos del Yemen,
de Sudán
de Somalia.
Muertos de Ucrania, de Sria,
Pakistán.
Muertos de Nigeria
o Palestina
Muertos de la calle
de París o de Vallecas.
Miles de muertos
y de muertas
por la mano embrutecida
de un cualquiera.
No hay espectáculo,
ni velas, ni banderas
que recuerden tantos muertos
(aunque todos son nuestros,
nuestros muertos).
Ni nadie que parezca interesado
en acabar
con todo esto.
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9 comentarios:
Muy logrado y oportuno, PACO. Un abrazo. Pedro.
Muy logrado y oportuno, PACO. Un abrazo. Pedro.
Gracias, Pedro. Un abrazo
No se expresarme bien Don Francisco Flecha ,lo único que si puedo decir es el revulsivo que siento ante tanta atrocidad y di que tenemos que llorar pues acabaremos con nosotros mismos,me ha encantado
Que dolorosas son las palabras ,pues doloroso es su contenido,tiene razón en su título pues ya podemos llorar por nosotros, ya que hemos llegado a lo más bajo del ser humano ignorar el dolor de nuestra raza,me ha encantado ,aunque el bello se me ha puesto de punta.gracias Don Francisco
Cierto y bien contado.
Esta es la realidad que nos toca contemplar en estos dias. Miles de seres desamparados,tratados peor que animales, que van por los caminos de este Mundo haciendo su propio Via Crucis. No queremos aceptar el triunfo del Mal,pero lo tenemos ante nuestros ojos. La vida de las personas, ninguna vida, parece tener la dimensión sagrada que reconocemos desde niños. Tanto es nuestro dolor, que tememos perder la FE en las mismas palabras. Un poema lacerante, como lacerante es para millones de seres su propia vida hollando con sus llagados pies la faz de la Tierra.
Hermoso, como homenaje a esos que nadie tiene en cuenta, y triste a la vez, desgraciadamente triste y verdadero. Mi sincera enhorabuena, amigo Flecha...
Hermoso, como homenaje a esos que nadie tiene en cuenta, y triste a la vez, desgraciadamente triste y verdadero. Mi sincera enhorabuena, amigo Flecha...
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