Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
miércoles, 3 de junio de 2015
Fábula de lobos y corderos
Melchor, el vigilante de la antena de Radio Popular que el obispo había permitido que plantasen en mitad de los pinos con que había repoblado los cuestos de aquel seminario en que aprendimos que la vida no era más que un invierno interminable de largas tardes de estudio y noches de silencio y frío, se empeñó en adoctrinarme en aquellos aspectos de la vida de los que suponía que nadie nos hablaba:
-Mira, mocín, esto de la democracia que nos anuncian no sé si será mejor que lo de ahora: que nos gobiernan cuatro lobos, pero estos ya están hartos y los que quieren venir, vienen con hambre.
- ¿Y no hay otra cosa que lobos y corderos?
- No sé, mocín, que soy del barrio San Esteban y solo he llegado hasta Burgos, por la mili, lo más lejos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario