Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
domingo, 12 de abril de 2015
Sensaciones
Cuando, en las lentas tardes del verano, las chicas de mi barrio cantaban en corro "Mambrú se fue a la guerra" estallaba la calle con un silencio espeso y torpe y en las cocinas las madres machacaban con rabia el ajo de las sopas de la cena.
En el viejo conventón de san Marcos, junto al río, había quedado atrapado (y algunos lo sienten todavía) el frío aterrador de aquellas malditas madrugadas.
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