En las fiestas patronales venía a Pobladura un cuentista de Celama.
Contaba cosas de amores, de rencillas lejanas, terremotos en Lisboa, maleficios de hombres-lobo en la montaña, el crimen horroroso de una venta en el Portillo, mocitas enamoradas que se ahogaban en el río...
Y la gente, en el corro de las eras, escuchaba entusiasmada.
Pero el cuentista se ha hecho viejo y se empeña en contarnos las miserias cotidianas:
Que se ha arruinado Venancio, que la helada ha abrasado los manzanos, que en Santioste ya no vienen por la leche, que no hay agua en el pantano, que no queda gente en Celama...
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5 comentarios:
Vamos los que tenemos afición por lo cuentos, quedando anulados por la realidad cotidiana,que nos va carcomiendo el entelaje de las palabras que íbamos urdiendo en nuestro viejo telar.
Es como si un roedor invisible se apoderara de cuanto vamos guardando para ese momento de inspiración que cada vez llega menos.
Mis más cordiales saludos para el Señor de las CRÓNICAS DEL REINO y sus amigos y visitantes.
Beatriz Basenji.
Qué le pasa al maestro que no se manifiesta desde Noviembre?
Ya te digo: el alcalde les ha dicho a los guardias que me detengan preventivo si aparezco por La Nava
Ya..., pero albergaba la esperanza de que fueran unos guardias insumisos.Puro idealismo.
Lo cierto es que el compromiso de escribir la columna de "educando a Tarzán" para La Nueva Crónica me está comiendo toda la capacidad.
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