Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
lunes, 29 de agosto de 2011
Educando a Tarzán (6)
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LOS ESCRÚPULOS DEL CONVERSO.
Desde que habían llegado los Misioneros Combonianos a la selva y se habían tomado con un fervor y una perseverancia envidiables la árdua tarea de convertir a la verdadera fe a Tarzán, cosa que, al parecer, y con la gracia de Dios, ya casi habían logrado, el pequeño mono pelón se veía atacado con frecuencia por repentinos escrúpulos de conciencia y, aunque últimamente parecía haber olvidado las enseñanzas y consejos de su vieja maestra, la mona Chita, le preguntó esta tarde mientras buscaban fresas salvajes:
-Dime, Chita, para tí ¿qué es mayor pecado: la ignorancia o la indiferencia?.
Y Chita, displicente, como despreciando toda esta nueva morralla moralista, contestó, mientras seguía en la rebusca:
- Mira, Tarzán, hijo: ni lo sé ni me importa.
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