jueves, 16 de junio de 2011

Aleluyas de Zapopan

Hubo un tiempo en Guanajuato
en que mozas casaderas
cortejadas por dos guapos
no perdían la cabeza
y entre un tendero y regalos
y un pelao pero poeta
elegían al pelado.
Ya veis que cosa más tierna.


Cándida Martínez tenía gran confusión en su corazón ya que estaba enamorada al mismo tiempo de Humberto el tendero que le daba muchos regalos y de Martín que le decía hermosas palabras de amor y da gracias al Señor de Villaseca que le ayudó a decidirse y escogió a Martín y sólo le pide al Señor que le consiga un buen empleo para que puedan casarse. Guanajuato, 15 de Mayo 1950.

.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra más atrapada en las palabras bonitas! Pobre niña! Las palabras son como la tela que tejen las arañas: para atrapar mosquitas!

Francisco Flecha dijo...

Ya, pero la otra alternativa era la de la "tela metálica" de los regalos y, además, en este juego amoroso no está muy claro quién atrapa a quién y con qué telas.