
Donaciano estaba realmente orgulloso de haber sacado adelante a sus cinco hijos con el sueldo (escaso, todo hay que decirlo) de peón caminero dependiente de la Diputación Provincial y con la encomienda de mantener límpias cunetas y alcantarillas entre Villamandos y Villaquejida.
Cuando alguien le preguntaba por el asunto, respondía orgulloso y satisfecho que los dos chicos mayores estaban en Barcelona y los otros dos, trabajando en las obras en León.
-¿Y la chica?
- No. A la chica la gastamos en casa.
Y es que así va la división del trabajo en este reino milenario.
1 comentario:
La gastamos...Donaciano va para alcalde de Valladolid, Francisco ;)
Un abrazo.
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