"Saliendo del mercado me quedé platicando con mi comadre Josefina frente a la casa abandonada y entonces salió una calaca que nos quiso agarrar y sólo por la protección de la Virgencita de Zapopán pudimos escapar del espectro y Nuestra Señora nos curó también del espanto que nos quedó por unos días. Damos gracias con el presente retablillo"
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