domingo, 20 de septiembre de 2009

Educando a Tarzán (2)

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Eran las cuatro de la tarde de un domingo de Junio aquí en la Jungla.

La lluvia torrencial de la mañana había dado paso a una tarde fresquita y soleada y a una brisa limpia y traspasada de olores y sonidos como de un mundo recién estrenado.

Chita, indolente, leía reclinada en las raíces casi humanas de aquella secuoya milenaria junto al lago.

De pronto, como el que tiene la impresión del "dejà vu", de estar leyendo de nuevo algo visto en algún sueño del pasado, cerró el libro suspirando:

-Tarzán, hijo, no te dejes engañar por la apariencia: aunque dos libros te parezcan exactamente iguales, a veces, inexplicablemente, en uno de ellos cambia el nombre del autor


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4 comentarios:

juanluisgx dijo...

item más: en algunas ocasiones quien es otro es quien lee

Francisco Flecha dijo...

Amigo Juan Luis: eso de que sea otro el que lee no deja de ser una suerte porque, en mi caso, tengo la impresión de que, en muchas ocasiones soy el único lector de mis cosas y, a veces también, consigo sorprenderme y recibirlo como si nunca antes hubiese leído majadería semejante.
Un abrazo

Gustavo Vega dijo...

Amigo Paco Flecha
desconocía la existencia de tu blog, pero el destino ha querido que me tropezara con él y que pudiera pasear mis queridas pupulas por sus decires, ocurrencias y... cuentos.
Ha sido todo un placer y espero volver a disfrutar del mismo.
Un abrazo.
Gustavo Vega

Francisco Flecha dijo...

Gracias, Gustavo, por la visita el comentario y la larga amistad mantenida.
Un abrazo