miércoles, 14 de mayo de 2008

Educando a Tarzán (13)

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boomp3.com


Quién lo iba a decir. La selva, es bien sabido, siempre había sido un lugar deliciosamente animal y bien estructurado, sometido únicamente a la ley inexorable, original e indiscutible del instinto primitivo.

Los papeles estaban perfectamente diseñados y no cabían discusiones: el león se comía tranquilamente a las gacelas sin ningún remordimiento, la mantis religiosa se zampaba al compañero de jolgorio, después del refocile, del modo en que los humanos, después de consumado el ejercicio, se fuman un cigarro.

Y así sucesivamente. Los ejemplos podrían ser infinitos.

Pero después vinieron misioneros y políticos y la cosa se fue amariconando. Y se hizo popular la odiosa frase "todas las opiniones son igualmente rfespetables".

Cuando Chita escuchaba la sentencia se le subía la sangre a la cabeza y advertía a Tarzán, para que no cayera, también él, en el engaño:

-"Mira, Tarzán, hijo: lo que debe respetarse es el derecho a opinar, pero jamás por igual el resultado. Hay opiniones, como esa que defiende la sentencia, que resultan ingenuas o mal intencionadas".

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas, Don Francisco.
Estaba yo esperando por este "Educando a Tarzán", pendiente de su agenda...

Sigo pensando que la cosa ganaría mucho si además de su voz, lo acompañara con el gesto experimentado del cuentacuentos, y crear así ya no el videblog, si no algo mucho más maravilloso que es el "ciberfilandón"...

Pero siga, siga... deléitenos!


Un saludo, maestro.


AlbertoJJMM

Anónimo dijo...

Ya te dije Alberto, amigo, que lo que me gustaría , es más, lo que necesito no es que veáis la cara del que cuenta la historia, sino que el narrador pudiera ver la cara del que escucha. Todo el que cuenta lo hace para otro y necesita verlo. Esto es como representar una obra de teatro con la platea vacía.
Gracias, Bert, por la visita y los comentarios