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NORMAS
Desde que había llegado el hombre blanco a la selva todo se había llenado de normas: prohibido pasar, prohibido bañarse, prohibido pescar, prohibido cazar, prohibido dar de comer a los animales, prohibido fumar y hacer hogueras. Casi todo, si ibas a ver, estaba prohibido.
Chita añoraba los tiempos aquellos de absoluta libertad y se daba cuenta de que, con tanta norma, cada vez se hacía más estrecha la franja de la normalidad.
-No sé, Tarzán, si estamos ganando algo con el cambio. Pero ahora me doy cuenta: cuando no había normas, al menos, no había anormales.
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