domingo, 8 de enero de 2017

Hortus Sanitatis







No hay remedio para el conde en estas tierras.

Aunque estaba escrito desde antiguo que "el excremento de niños que comen pan y carne de gallina cura las anginas" y que "es un remedio de gran ayuda cuando se mezcla con miel y se aplica como linimento en la garganta y el paladar o se da de beber", lo cierto es que, cuando Rodrigo, el hijo único y heredero del Conde de Castilla, llegó a las puertas de la muerte, aquejado por tal dolencia (a consecuencia de un mal aire cogido tras pasarse una fría tarde del otoño pescando tencas en las vegas del Arlanza) fue imposible aplicarle tal remedio porque no hubo modo de encontrar en todo el condado de Castilla niño alguno alimentado con pan y con gallina.

Que solo de nabos y cebolla se alimentan los rapaces de estas tierras.

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