martes, 20 de diciembre de 2016

Educando a Tarzán





De libros y bibliotecas.

Los edificios de la vieja Misión abandonada en lo que un día fue la aldea de los hombres era siempre una fuente inagotable de sorpresas y entretenimiento para la manada de los jóvenes monos encomendados al cuidado de Chita.

Un verdadero parque de atracciones.

Al ver hoy a Tarzán absolutamente absorto en la contemplación de la enorme cantidad de libros que todavía ocupaban los estantes de la gran biblioteca del convento, Chita se vio en la obligación de advertir a su pupilo:

- Mira, Tarzán, hijo: si algún día vuelves a convivir con los humanos no te dejes impresionar por aquellos que te muestran orgullosos, como un trofeo, la cantidad de libros que han acumulado.  Prefiere la compañía de quien haya leído alguno de ellos y, sobretodo de quien se enfrente a la lectura de cada libro como quien emprende una batalla cuerpo a cuerpo esperando, al final, ser derrotado.

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