jueves, 18 de junio de 2015

Cuidados intensivos





Doro, propietario y camarero de la cantina de su nombre, tuvo siempre fama de deslenguado y descreído porque echaba juramentos y abría (de tapadillo) hasta el día de Viernes Santo.  Pero fuera de esto, nunca se le conocieron escándalos mayores.

Ahora bien, cuando le salió aquel bulto, que resultó ser un tumor cabrón y malo, y el médico, por aquello de animarle, que es cosa que les va en la profesión, le dijo en tono paternal "no se preocupe, Isidoro, que ya verá, con la ayuda de Dios, saldrá usteud adelante" le quedaron ganas de contestar, como el del chiste:

-Haga usted lo que pueda, por favor, y no se fíe, que la intención de Dios bien clara ha sido.

.

No hay comentarios: