sábado, 9 de febrero de 2013

Educando a Tarzán

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Las nuevas tecnologías.

¡Qué tiempos aquellos  en los que la jungla era un espacio virgen y romántico sólo pisado, en contadas ocasiones, por misioneros de paso (verdadera gollería con la que los leones y nativos equilibraban su dieta) o por exploradores ingleses que terminaban perdiéndose durante años, como aquel tal Livingstone!

Con la cosa esta de la globalización, sin embargo, la jungla, "the quiet jungle", parecía ahora una autopista de peaje con carreras de coches, motos y camiones, concursantes de telecinco y hasta reyes, de safari, con sus novias.

Por poner un ejemplo concreto, el mes pasado llegaron unos ingenieros de la ITT para la cosa de un concierto  ("Singing for Africa", dijeron) y desplegaron ante las tribus de indígenas, a los que querían implicar en una complicadísima coreografía, toda una batería tecnológica de videoproyectores, cañones de rayos lasr, enormes pantallas de plasma y otras quinientas zarandajas informáticas.

Los monos (y el mismísimo Tarzán,por si esto fuera poco), después de tal despliegue, comenzaron a mostrar un desprecio indiferente hacia los método didácticos de Chita, aferrada, todavía, al valor de la palabra y a su importancia insustituible en la enseñanza.

Chita, un poco harta de toda aquella displicencia, decidió cortar la insurgencia por lo sano:

- Mira, Tarzán, hijo, cuando no se tiene nada que decir, todos estos cachivaches sólo pueden producir silencio o ruido. 

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