domingo, 20 de enero de 2013

El vinatero de Avilés

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Imagen  ( de Casa Benito, por supuesto)  tomada de
 http://www.flickr.com/photos/wonderfulhorriblelife/505735420/


Venía puntualmente por diciembre como un rito, llenó de historias y de vino, parlanchín y vividor, a contratar el vino nuevo en las bodegas, a aliviar con "La Gallega" los ardores del cuerpo en El Barranco y a rematar, más que nada, el último tino de escabeche de "El Benito".  
Eran cuatro o cinco días en que Pepín se libraba del orvallo y de aquel cielo gris y espeso de humos y sirenas de Avilés y la Fani se libraba de Pepín, de aquellas largas noches de vino y de ronquidos, del "peor trabajo del día", como solía decir cuando subía a la alcoba cada noche, o de aquellas siestas del domingo cuando Pepín llamaba a gritos desde arriba y la Fani bajaba al poco rato, ajustándose el mandil:
-¿Abrasome, fiu, abrasome!
Pero esta vez habían pasado seis semanas desde que Pepín salió de casa.
Nunca había estado fuera tanto tiempo y la Fani empezaba a preocuparse porque este hombre no se cuida y ya le dijo el médico que la tensión y el vino podrían darle un susto, cualquier día.
Así se lo dijo por teléfono a Julián, el encargado de "Bodegas Valdevimbre", cuando llamó para preguntar si Pepín había pasado por allí.
- ¿No te preocupes, Fani, mujer, que se habrá entretenido por ahí, ya sabes cómo es!.
A la mañana siguiente, al mediodía, le vieron venir, enrojecido y satisfecho, como andando de perfil, como si aquella acera de la Calle de la Torre fuera demasiado estrecha para él.
-Anda, llama a la Fani, que la tienes contenta, ya verás.
Recompuso, como pudo, la figura y le dijo solemne a la parienta:
- Que no me esperes, Fani, que no me esperes: que he perdido el tren de ayer, de hoy y de mañana.
Fue aquel, según dijeron, un año extraordinario, con un vino fresco y afrutado, como pocos.
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1 comentario:

El tejón dijo...

Jajajaja, que chispa, bueno, chispas, la tuya contandolo y la de Pepín.
Saludos.