jueves, 29 de noviembre de 2012

Vestido con plumas ajenas



El banquete
Juan Pedro Aparicio

Soy algo más que un aficionado a las setas. Cuan­do estuve en la Universidad de K, invitado a unas jor­nadas de microrrelatos, antes de las sesiones de la mañana me daba un paseo por el bosque cercano al campus. El segundo día observé que las setas más mor­tíferas habían desaparecido. Me admiré de los avan­ces del país, pues imaginé que un servicio de higiene alimentaria las había retirado y destruido. Y, aunque no podía estar seguro, creí recordar que, cuando yo entraba en el bosque, me había cruzado con el encar­gado de recogerlas, un individuo con visera y bufan­da al que por un instante tomé por el rector saliente, a quien había conocido un año antes y que se había presentado en vano a la reelección. Sin embargo, una noticia me conmovió al día siguiente: el nuevo rector y todo su equipo habían muerto intoxicados tras un banquete que festejaba su triunfo en las elecciones recién celebradas.

1 comentario:

Beatriz Basenji dijo...

En cierta oportunidad,mi esposo y yo fuimos invitados a cenar a casa de nuestros futuros consuegros.El momento extraño se produjo justamente cuando nos sirvió un plato de setas.Entonces,mirando con gran dulzura al dueño de casa le dije:"Verá,hemos tenido una mala experiencia con setas, y estamos seguros que Ud. no se ofenderá si no las probamos!". Y el hombre, muy sonriente nos respondió: "Es lo que le dije a mi esposa. Ellos no van a probarlas!" Y muy orondos se las comieron.