Función
Claudia Sánchez
Había aceptado cumplir el rol del muñeco
aunque hacía mucho que no creía en cuentos de hadas. La paga era buena
por dos horas de trabajo. Se trataba de una función de teatro para
niños. Poca exigencia, además. Pero esa tarde, al subir al escenario
había algo en el ambiente que lo inquietaba, aunque no podía precisar
qué. Las luminarias convergían adecuadamente, los personajes ocupaban
cada uno su lugar, el clima de la carpintería estaba bien logrado, todo
parecía en orden. Hasta que vio a los niños. Miraban absortos hacia el
techo de la tarima. Allí sobrevolaba un hada de vaporoso vestido y alas
blancas. Pensó que los niños se asombraban al creer que el hada
realmente podía volar. Eran inocentes después de todo. Pero cuando quiso
decir sus líneas no pudo abrir la boca, tampoco pudo moverse. Estaba
convirtiéndose en madera. El hada, a punto de desaparecer, le susurró:
“Tengo que asegurarme de que los niños sigan creyendo en mí y ellos
necesitan ver para creer: hoy realmente serás tu personaje”.
3 comentarios:
Gracias, Francisco, por tu publicación.
Abrazos,
Es un honor. Abrazos
Una joyita ! Breve y mágico !! Felicitaciones.
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