jueves, 13 de septiembre de 2012

Vestido con plumas ajenas

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Función
Claudia Sánchez


Había aceptado cumplir el rol del muñeco aunque hacía mucho que no creía en cuentos de hadas. La paga era buena por dos horas de trabajo. Se trataba de una función de teatro para niños. Poca exigencia, además. Pero esa tarde, al subir al escenario había algo en el ambiente que lo inquietaba, aunque no podía precisar qué. Las luminarias convergían adecuadamente, los personajes ocupaban cada uno su lugar, el clima de la carpintería estaba bien logrado, todo parecía en orden. Hasta que vio a los niños. Miraban absortos hacia el techo de la tarima. Allí sobrevolaba un hada de vaporoso vestido y alas blancas. Pensó que los niños se asombraban al creer que el hada realmente podía volar. Eran inocentes después de todo. Pero cuando quiso decir sus líneas no pudo abrir la boca, tampoco pudo moverse. Estaba convirtiéndose en madera. El hada, a punto de desaparecer, le susurró: “Tengo que asegurarme de que los niños sigan creyendo en mí y ellos necesitan ver para creer: hoy realmente serás tu personaje”.

3 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

Gracias, Francisco, por tu publicación.
Abrazos,

Francisco Flecha dijo...

Es un honor. Abrazos

Beatriz Basenji dijo...

Una joyita ! Breve y mágico !! Felicitaciones.