Si en la cama, la contraria,
no te deja descansar
ni está dispuesta a otros planes
que no sean merendar
no te queda otro remedio,
te lo digo de verdad,
que contratar las hormigas
de la Virgen de San Juan.
A mi esposa le dio por comer en la cama y lo llenaba todo de migas que eran muy molestas; además hacía tanto ruido que no me dejaba dormir ni ver televisión en paz. Lo peor es que estoy a dieta. Gracias a mis rezos a N.S. de San Juan, un ejército de hormigas se le metió en la cama atraídas por la comida y la picaron tanto que ya se le quitaron las ganas de comer en la recámara.
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