SI TE PIERDE EL APOSTAR
SIN PODERLO REMEDIAR,
QUE LA VIRGEN DE ZAPOPÁN
TE ENSEÑE A HACER MAZAPÁN
Ana María González se dio cuenta horrorizada que tenía el vicio de apostar, porque una vez se reunió con sus amigas como todos los jueves para jugar a las cartas y estaba perdiendo todo apostó la casa de su marido y por fortuna ganó esa mano. Ella da gracias a N.S. de Zapopan y le prometió no jugar más y cuando le da la tentación hace un pastel. Tanto que ahora tuvo que abrir una pastelería de mucho éxito.
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3 comentarios:
Queda claro que en la vida las tentaciones son bastas como para unas cuantas.
Saludos.
Supongo pues, amigo Flecha, que los ardores del juego la seguian consumiendo por dentro. aunque justo es reconocer que según versa tu escrito debió ser mujer de raza y caracter, pues resulta siempre dificil renunciar a la llamada de lo que mal se llama vicio. Me gustan tus reflexiones, escuetas, sencillas, dando en el clavo. Un saludo manchego.
Amigo Mauro: a mí, lo que más me gusta de este exvoto mejicano es eso que dice de que "apostó LA CASA DE SU MARIDO"
Saludos
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