-¡Paolo, caro, vieni a letto, per carità!
E, impasible, el maestro, noche tras noche, contestaba:
-¡Che bella cosa, sai, la prospettiva!
Y eso era todo. Y así, noche tras noche, día tras día.
Pasaron algunos años y como, al final, nada hay más público que los asuntos privados de la cama, toda Florencia celebraba a carcajadas cuando alguien, al contar que una tarde el pintor había pillado a la Tommasa fornicando fieramente, sin piedad y a todo pasto con un carnicero de Calabria, apostillaba que al Ucello, aquel descubrimiento le había enseñado, de repente, mucho más sobre los puntos de fuga que los veinte años de estudios hasta el alba.
.
5 comentarios:
¡Molto buono! Me he reído con ganas. La redacción, además exquisita. Espero que no te hayan hecho falta largas noches de práctica para conseguirla.
Saludos y felicitaciones.
Gracias, Alberto. Por las noches no soy capaz ni de escuchar "el larguero".
Saludos
Sencillamente fantástico.
Te felicito por tu redacción tan fluída y simpática. Un ingenio que me ha atrapado para seguir más de cerca tu sitio.
Cordiales saludos.
Gracias Adrián, bienvenido a casa.
He visitado yu blog "panorámica del observador y me ha parecido muy interesante.
Seguiré vuestro proyecto de cerca
Saludos
No, eso no. Todo menos perder el sueño ;)
Publicar un comentario