domingo, 26 de diciembre de 2010

Olvídate de Itaca

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Cuando Ulises, “el errante”, volvió, Itaca ya no era como entonces. El camino hasta su casa ya ni siquiera conservaba las hileras de magnolios que le daban aquella sombra profunda y perfumada.
Nadie esperaba su llegada. La casa estaba cerrada, al parecer, desde hacía casi un año. Silbó llamando al perro y fue inútil: nadie vino a lamerle las sandalias. Preguntó a los vecinos y allí se enteró de todo, a bocajarro: que Penélope se había ido a vivir, una semana después de su partida, con un joven fornido y pelirrojo, campeón del tiro al blanco en la última Olimpiada y que había puesto una tienda de tejidos en la Plaza del Mercado.
Ya sé que habrán oído que la historia acabó de otra manera. No se fíen. A los griegos les gustaba el “happy end” incluso en las tragedias.

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4 comentarios:

alma dijo...

Pues a mi me gusta más esta versión...Ulyses era un canallita que no se merecía que Pe lo esperase, hizo muy bien en irse con Bardem y meterse en la farándula ;)

Un beso, Francisco

Francisco Flecha dijo...

Y además, amiga Alma, Qué quieres que te diga: Pe intentó lo de tejer jerseis pero todos le tiraban de sisa
Feliz año

Anónimo dijo...

O "No te irás de romería sin que te pese al otro día" como dice mi abuelo. Si es que, después de treinta siglos y pocos kilómetros, hay que empezar a cambiar las enseñanzas que se dan a los "errantes" en la Odisea. Muy bueno, Paco.
Un abrazo.

Francisco Flecha dijo...

O, como diría Belén Esteban "El tricotar se va a acabar".
Gracias, Alberto