domingo, 8 de junio de 2008

Play Boy, por confusión

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El viejo Play Boy que había dedicado, prácticamente, la vida entera, desaforadamente, a los lances del sexo y la conquista, cambió radicalmente de vida y de actitud al darse cuenta de que había interpretado mal los mandamientos y que, en ningún caso, debía leerse (como siempre había hecho, por pura confusión) "sexo mandamiento", sino "sexto mandamiento".

Para remediar tal desvarío, lleva tres años haciendo penitencia en el Monasterio de la Trapa, en Venta de Baños, donde ya empieza a tener fama de santo y milagrero entre las mujeres de la zona que acuden al convento en busca del consejo o del consuelo que a ninguna, hasta ahora, le ha faltado.

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17 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

Imaginativo y mordaz. De tus textos nunca se espera menos.
Saludos.

Nadies dijo...

Me ha arrancado una sonrisa, señor Flecha, no tenía yo tiempo de entrar y ahora aprovecho y me sorprende usted con una sonrisa.

Una estatua al santo "cumplidor".

Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias, Manly y Epidemor. Ahora que ya me voy "desinflando" porque ya no se me ocurren más historias que contar y estoy a punto de dejarlo por inanición, se agradecen especialmente vuestros comentarios.
Saludos muy afectuosos

Anónimo dijo...

Original y divertida.
¿Cómo que no se te ocurren historias?
¿Dejarlo?
Supongo que debes estar hablando en broma...

Anónimo dijo...

Comor lo oyes, anónima, compañera y amiga. Creo que mi último relato va a ser el del escritor que se alquila por horas para escribir historias ajenas.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Cómo cambia el cuento. Me recuerda a esa vieja copla de Ramoncín, "Felisín, el vacilón", que ahora paga su tributo en una fábrica.

Claro, conciso y correcto, además de divertido, como la vida misma.

Saludos.

Anónimo dijo...

A los que os dedicais al bello arte de la escritura no se os acaban nunca las ideas, será más bien algo pasajero...y si no al tiempo.
De todas formas, escribir historias ajenas no es sino otro modo de escribir.

Y gracias, resulta gracioso "escuchar" eso de compañera y amiga.
Saludos

Cecilia de la Vega dijo...

Genial, tus textos siempre tienen ese toque enciclopédico que hace que los límites entre la realidad y la ficción se desdibujen, un caza bobos perfecto!
Saludos y que no decaiga la creatividad!

Anónimo dijo...

Gracias, Psicodelirium y Quillén por la visita y los comentarios. Y tienes razón Quillen esto es tan caza bobos que me siento irreprimiblemente enganchado.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Interesante este texto :). Me gusta la originalidad de tu escrito.
Gracias por añadirme como seguidor en bitácoras, pero el blog que utilizo normalmente es: http://mientrasvivimos.blogomundo.com

Un placer leerte

Tharsis

Anónimo dijo...

Amiga y companera Joana (¿O bebería decir Anónima Joana? Perdona que no te haya contestado antes, pero es que tu último comentario quedó traspapelado en algún rincón del correo, pendiente de que lo subiera a la página.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Supongo que el subconsciente me traicionó...eso de utilizar otro nombre acaba por pasar factura.
Saludos.

Anónimo dijo...

Amiga anónima Joana: yo estaba seguro que detrás de "anónima" estabas tu. Cuestión de seguir tus pasos por el blog de Juanluisgx, el cuaderno de Bocamar, la casa de Favelis...
Al final, las visitas son siempre de amigos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Nunca pensé que fuera tan fácil seguirle la pista a alguien...si es que se pilla antes a un mentiros@ que a un coj@...
Lo del otro día fue un lapsus. En el cuaderno de Juan y en el blog de Juan Luis -y aunque al principio dejaba mis comentarios como "Anónimo"- utilizo joana, mi nombre. En el tuyo y en el de Martín -se acabará enterando, veo que anda por aquí- utilizaba el de "anónima". Sin querer terminé por liarme, así que los días de "anónima" se han acabado...
Saludos.

Francisco Flecha dijo...

Amiga Joana: como anónima o como Joana siempre serás bievenida.

Va ves ( en la entrada "Una tarde fresquita de mayo) como otro anónimo granadino y genial humorista gráfico (además de pianista, piloto y argentino, por si fuera poco)ha terminado identificándose como Favelis.
Un abrazo a los dos

Anónimo dijo...

Bueno querido profesor, amigo Paco,aqui le sigo la pista, será por eso de la profesión a la que mercadeo mi cuerpo.
Es como siempre un placer leerle, y haga el favor de no pensar en el retiro como monje consolador de lágrimas ajenas. Aunque por otra parte si lo hace, avíseme y nos vamos juntos a beatificarnos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Amigo Jorge: a mi edad el único vicio posible es la santidad.
Un abrazo