martes, 2 de octubre de 2007

La mar, el mar, maldito mar

Fueron quince días con sus noches los que madre se pasó acurrucada en el cantil, escrutando la mar embravecida que se tragó, en una tarde de galerna, a "La Galana II" con todos sus tripulantes, por dar sepultura a padre en tierra firme para que, al menos, su espíritu pudiera descansar como Dios manda de sus cincuenta años de faena y mal vivir.

Fueron quince días, con sus noches, con los ojos enrojecidos por el pasmo.

Y esperó inútilmente.

Cuando los hubo cumplido, como un rito, nos cogió de la mano, mandó decir una misa, tapió las ventanas que daban al cantil y jamás volvió a mirar al mar.

Nunca más.

Nunca más.

Hasta su muerte

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente, los hechos de éste post,se repiten más de lo que nos gustaría reconocerlo, ahora,falta la segunda parte del mismo,los arrestos de la madre,que saca adelante a los niños,y secretamente teme,que sus hijos hereden la profesión del padre.

Francisco Flecha dijo...

Macky, no dudes que fue así. El mundo se sostiene por las "madre coraje". En tiempos de supervivencia se curte la especie.
Saludos

Lucía Fdez. Segura dijo...

No volver a ver el mar... Un gran sacrificio, una gran venganza... Inmeso el mar e incapaz ella de perdonar ni una sola parte, ni una sola ola, ni una sola gota de ese mar maldito.

GRAN TEXTO

Francisco Flecha dijo...

Gracias, Berenice, por la visita. El cuento pretende tener u cierto regusto celta: Los muertos en el mar, si no son enterrados en tierra no descansan. Se quedan vagando como fantasmas. Madre no se venga del mar, fue el maldito mar el que ha negado el descanso eterno a padre. Por eso, se convierte en enemigo irreconciliable. Para siempre.
Saludos

Anónimo dijo...

Y la venganza y el odio,llegan hasta tal punto,que hasta los cementerios, de las zonas pesqueras,le dan la espalda...

Francisco Flecha dijo...

Como se ve, Macki, que entiendes de ello. Gracias por la precisión
Saludos