lunes, 8 de octubre de 2007

Investigaciones cervantinas

Con permiso de Favelis

Resulta ya totalmente esclarecido, al parecer, según los últimos estudios eruditos de Fray Avelino Pérez de Villapadierna, Benedictino de la Abadía del Valle de los Caídos y especialista en casi todo, que lo que Miguel de Cervantes (conocido en Alcalá como "el manquín") encontró, no fueron los papeles del moro Cide Hamete, sino el expediente que su sobrina y el ama (por quedarse con la herencia) mandaron redactar al cura y al bachiler para que ingresaran por loco a un tal Alonso de Quijada, su tío y señor, en la Casa de Misericordía que, para enfermos de la Tisis, huérfanos y locos, existía en la apartada población de Ciempozuelos y en el que se presentaba, como argumento probatorio del trastorno, que el referido Don Alonso gustaba de salir, armado o en camisa, por los campos de Criptana, atacando a molinos y rebaños, aquejado de subitánea calentura y desvaríos y maliciado, tal vez, por su vecino, Sancho Panza, "que tal baila".

En fin, miserias pueblerinas por cuestiones de una herencia. Cosa ya más que explotada, pero que, bien aprovechada, daría materia para un microrrelato que, en alguna ocasión, podría sacar al autor de un compromiso.

Pero entonces, como ahora, nadie publicaba veinte líneas. Así que, como dice Favelis, la necesidad de alargar la cosa por ir cobrando y el interés del editor por fijar la clientela, hicieron que la historia llegara a 126 entregas, como si esa fuera la intención primera.

4 comentarios:

Pedro dijo...

Muy cierto que nadie publica veinte lineas ( habría que preguntarse si alguien las pagaría) ,pero de ahí a obligar a asesianr grandes ideas con páginas y páginas de relleno y tonterías va un trecho. Por desgracia me temo que es eso lo que pasa hoy en día.

Francisco Flecha dijo...

Gracias, Pedro, por la visita y el comentario. Te he devuelto la visita en tu blog. Seguiré visitándote.
Saludos

Manuela Fernández dijo...

Las veinte líneas en una novela no, pero en los microrrelatos... ya veis si son cortos, y se publican, aunque sean recopilando muchos de ellos. Sobre todo en hispanoamérica éste género tiene mucha relevancia.
Pero qué tontería, ésto ya lo sabéis.

Francisco Flecha dijo...

Amiga manly: algo sabía del asunto. Aunque sólo sea porque mi paisano José Maria Merino, maestro indicutible en el género acaba de publicar una recopilación de más de 200 de su microrrelatos en su libro " La glorieta de los fugitivos", Páginas de espuma, y que la Universidad de León (con la parte de responsabilidad que he tenido en ello) ha publicado hace unos meses, en la colección Cuadernos de la Babilonia un libro (A la sombra del Dinosaurio) que recoge 223 microrrelatos (menos de 50 palabras) de otros tantos participantes en una convocatoria de la Radio Universitaria y que , puede decirse, que es la convocatoria que ha contado con mayor número de participantes de todas las propuestas culturales de esta universidad.
Un abrazo y gracias por la visita.