Este Reino Menguante y, en la actualidad, ya diminuto (pues que se ha visto reducido a un pequeño conjunto de prados y de casas amalgamados en la hondonada que ha quedado entre dos ríos y cuya geografía completa puede verse desde lo alto del otero); este reino menguante y diminuto, decía, debe las páginas más documentadas, fervientes y objetivas del estudio de su historia a Don Filemón Fernández Tejerina, Prior Honorífico, Perpetuo y "ad honorem" de la Real Colegiata de San Tirso.
A él se debe, por ejemplo, el esclarecimiento documental del oscuro origen de este Nacionalismo al que tanto le debemos. Ello ocurrió (y está bien documentado) el día en que el cura de Pobladura (de pocas luces, pero fervoroso como pocos), al ver llover sobre la aldea, subió al púlpito y anunció, enardecido, el comienzo del Diluvio Universal.
Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
6 comentarios:
Algo me estoy perdiendo del relato. Entiendo lo tediodo que que puede ser explicar un relato, ja. Es tan lejos España que se me nubla la vista cuando quiero ver.
Saludos
Amigo Manuel: Con algunos relatos pasa como con los chistes: que es muy difícil explicarlos y, cuando se hace, pierden toda la gracia. No sé si en Argentina teneis gente que, no es que amen las tradiciones de su terruño, sino que quieren imponer esos "pretendidos valores" al resto de la humanidad como si se tratara de bombas arrojadizas que se lanzan desde la trinchera en la que uno se instala, considerando a los demás, a los que no lo comparten, como enemigos irreconciliables. Pues bien esa estrecha visión de juzgar el mundo desde el propio campanario se cura viajando, abriéndose a otros mundos y relativizando el propio, pues, de lo contrario se corre el peligro de que, al ver llover sobre la aldea, se crea y afirme que ha estallado el diluvio universal.
Si así y todo no lo entiendes, no sabes la suerte que tienes. Eso quiere decir que no lo has vivido de cerca. Enhorabuena
había entendido la cuestión del diluvio universal...a veces quisiera saber más sobre algunas regiones de España (algunas muy misteriosas). Suponía que venía por ese lado. saludos
Lo que pasa es que alguna de estas regiones de España se ha convertido en algo misterioso, precisamente por esta "política de campanario".
Saludos
Gracias Francisco, es un honor que me enlaces. Por cierto ¿de qué comarca o pueblo hablas? ¿Qué ríos? ¿Qué reinos? No, sólo es por curiosidad, para ayudar conocimiento a qué no siga menguando. Un saludo
Los reinos imaginarios no existen nada más que en territorio de los sueños, de la fantasía, de los deseos.
De todos modos, todos los reinos imaginados tienen siempre algo del lugar donde uno vive y se recuerda.
Yo vivo y me he ido haciendo lo que soy en León, asi que por ahí anda la cosa
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