Quiera Dios, quiera la Virgen
quieran los santos del cielo
que nunca te veas envuelta
en tan triste desconsuelo
como le ocurrió a la dama
cuya historia aquí os cuento,
que si no es por San Miguel
y otro novio de repuesto,
se habría quedado a dos velas
viendo que un hermano apuesto
le levantaba a su novio
sin ningún remordimiento.
Un día descubrí que mi novio David estaba enamorado de mi hermano y me sentí ofendida, enojada y desilusionada, pero gracias a San Miguel Arcángel conocí a José Antonio y me enamoré perdidamente de él y ahora me da mucha alegría que mi hermano y David se quieran tanto y también sean felices como yo. Ofrezco este retablito para dar gracias a San Miguel.
1 comentario:
Iba a dejar la cosa de las aleluyas, pero, a última hora, siempre reincido. Se me enreda la voluntad.
Voy a ver si poco a poco...
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