Las mujeres del milagro
que se cuenta en este exvoto
se llevaron un buen susto
pero no me creáis tonto
si no se si lo sentían
por el burro y por el gocho
que tenían al cuidado
o estaban pensando en otro
que estaría en la cantina
disfrutando tan orondo,
(burro y gocho que les dieron
en el santo matrimonio).
Cuando vimos que se avecinaba una tormenta, mi hermana y yo corrimos a meter a los animales al cobertizo, pero apenas metiendo al burro, se soltó la tormenta, tan fuerte que ya no pudimos ir hasta la casa y sólo oíamos como se cimbreaban las maderas y rezamos a la Virgen de la Paloma para que la construcción aguantara el embate de la lluvia y el viento porque por momentos parecía que volaría por el aire. Damos gracias porque sí resistió y nos protegió a todos.
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