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Habían sido treinta años de superar obstáculos y envidias. Años de renuncia y sinsabores. De aplazamiento indefinido del placer. De humillación y fingimiento.
Pero todo parecía estar justificado. Como el tributo necesario para alcanzar la meta que se había propuesto desde joven.
Hoy, sudoroso y feliz, después de tantos años, lo ha conseguido, al fin..
Pero, al pararse a pensar, es incapaz de recordar qué estaba buscando y qué pinta él aquí.
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5 comentarios:
¡Genial! Un paso más allá de correr sin saber adónde.
Gracias, Ricardo. Ya ves, tanto remar para morir en la orilla.
Saludos
Me gusta más disfrutar del viaje que llegar a destino.
Un saludo "filósofo".
Y si disfrutas sin ponerte siquiera metas, ni te cuento.
Un saludo ártabro
(voy a buscar qué quiere decir eso de ártabro)
Bueno, pues , una vez más, la wikipedia ma ha sacado de la ignorancia y me ha dado luces sobre el "Golfo Ártabro" (Supongo que no señalan a nadie en concreto)
Lo que más me ha gustado es cuando dice que se conoce también como "as mariñas coruñesas" (Eso si que es un nombre bonito), que es una comarca compuesta de varios arciprestazgos ( aquí, en este Reino Menguante los arciprestes han sido siempre gente de mucho respeto) y que "mira al mar a moso de un antiteatro".
La verdad, si no es el paraiso, se le parece mucho.
Perdona la ignorancia. Un abrazo
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