Pequeñas historias de un reino que dicen que existió por estos valles cuando los osos cazaban a los reyes en justa represalia a sus ballestas y que, tras largos y gloriosos años de rencillas cazurras entre hermanos, cuchilladas certeras entre abades y fieros mordiscos silenciosos y canallas se ha ido acurrucando entre aquello que queda de dos rios y donde sueña enfebrecido, todavía, agitando la bandera, algún caudillo.
árbol es un brazo con dos manos, una enterrada en la tierra y la otra en el cielo, manteniéndo a ambos unidos.
Desde chico me dijeron que habían tres cosas que debía hacer alguien antes de morirse.¡Nunca me lo tomaría tan en serio!
¡Insólito, pero genial! un manzano con nombre propio.
M, epidemor y anónima:Muchas gracias por la visita y los comentarios. Si no supiera que estais ahí, leyendo mis historias, ahora mismo me enterraba hasta la cintura por ver si también enraizaba.Saludos
Todos tenemos raíces y no sería un mal destino transformarse en árbol. Al contrario. Hermoso cuento. Marcela.
Qué belleza, qué maravilloso destino, transformarse en árbol... lo prefiero al tan mentado cielo, sinceramente. Muy buen cuento, como siempre! Felicitaciones!
Gracias Mar y Quillén por vuestra visita y comentarios. Vosotras si que escribís bien.Saludos
La supervivencia es el instinto más básico en el hombre, como la vida eterna es imposible lo queremos paliar con alguna forma de continuidad de nosotros mismos, y así queremos tener "frutos" para permanecer en ellos de alguna manera: permanecer en la vida de los hijos, en los libros que escribimos, en los cuadros que pintamos, en las enseñanzas que dejamos... Pasar por la vida dejando continuidad en nuestro rastro.
Así parece ser, Manly. Por eso ahora sor Teresa está tan oronda y tranquila.Un saludo
mejor volverse árbol que plantarse en la tristura, ¿no?
Así es, On the road, así es. Me consta que desde que se ha convertido en árbol anidado de pájaros y frutas, sor Teresa esta recorrida por una alegría irresistible, de raíces a ramas, que hace que aparezca tan frondosa.Un saludo.
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12 comentarios:
árbol es un brazo con dos manos, una enterrada en la tierra y la otra en el cielo, manteniéndo a ambos unidos.
Desde chico me dijeron que habían tres cosas que debía hacer alguien antes de morirse.
¡Nunca me lo tomaría tan en serio!
¡Insólito, pero genial! un manzano con nombre propio.
M, epidemor y anónima:
Muchas gracias por la visita y los comentarios. Si no supiera que estais ahí, leyendo mis historias, ahora mismo me enterraba hasta la cintura por ver si también enraizaba.
Saludos
Todos tenemos raíces y no sería un mal destino transformarse en árbol. Al contrario. Hermoso cuento. Marcela.
Qué belleza, qué maravilloso destino, transformarse en árbol... lo prefiero al tan mentado cielo, sinceramente. Muy buen cuento, como siempre! Felicitaciones!
Gracias Mar y Quillén por vuestra visita y comentarios. Vosotras si que escribís bien.
Saludos
La supervivencia es el instinto más básico en el hombre, como la vida eterna es imposible lo queremos paliar con alguna forma de continuidad de nosotros mismos, y así queremos tener "frutos" para permanecer en ellos de alguna manera: permanecer en la vida de los hijos, en los libros que escribimos, en los cuadros que pintamos, en las enseñanzas que dejamos... Pasar por la vida dejando continuidad en nuestro rastro.
Así parece ser, Manly. Por eso ahora sor Teresa está tan oronda y tranquila.
Un saludo
Así parece ser, Manly. Por eso ahora sor Teresa está tan oronda y tranquila.
Un saludo
mejor volverse árbol que plantarse en la tristura, ¿no?
Así es, On the road, así es. Me consta que desde que se ha convertido en árbol anidado de pájaros y frutas, sor Teresa esta recorrida por una alegría irresistible, de raíces a ramas, que hace que aparezca tan frondosa.
Un saludo.
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